miércoles, 1 de junio de 2011



CLOSTRIDIUM BOTULINUM

Bacilos gram positivos, grandes con los extremos redondeados y esporas de localización subterminal. Se encuentran ampliamente distribuidos en la naturaleza (suelo, vegetales, frutas, pescados, etc.).

Patogenia

Existen ocho tipos distintos de toxinas neurotóxicas. La toxina de C. botulinum es una exotoxina muy potente que inhibe la liberación de acetil-colina en la placa neuromuscular mediante unión a un gangliósido de membrana, produce una parálisis flácida.

Manifestaciones clínicas

· Botulismo alimentario: es el más frecuente, tiene un periodo de incubación corto. Produce parálisis flácida descendente, comienza en la cabeza y acaba en las piernas, produce parálisis en los músculos oculares, faríngeos y respiratorios; también se puede producir parálisis de los músculos voluntarios, nauseas, vómitos, dolor abdominal, etc.

· Botulismo infantil o del lactante: afecta a los niños menores de 12 meses de edad, y es causado por la ingestión de las esporas del C. botulinum que colonizan y producen la toxina en el tracto intestinal de los lactantes.

· Existen formas leves, en las que el lactante deja de ganar peso, y formas fulminantes con parálisis progresiva y fracaso respiratorio.

· Botulismo de las heridas: Es poco frecuente, cuadro clínico similar al botulismo alimentario pero sin síntomas gastrointestinales.

· Botulismo del adulto de causa desconocida: se debe a la colonización intestinal por C. botulinum favorecida por una patología gastrointestinal, cirugía o tratamiento antibiótico.

Diagnóstico

Es fundamentalmente clínico. Se puede confirmar en el laboratorio detectando la toxina en alimentos sospechosos, jugos digestivos o sangre del paciente. Se puede obtener el agente causal en heces, contenido gástrico o en el alimento ingerido. Actualmente, el método más sensible y de mayor uso para la detección de la toxina es a través de la neutralización de la toxina en un roedor.

Tratamiento

Medidas de sostén, administración de purgantes y enemas con el fin de eliminar la toxina no absorbida en el intestino, si la ingestión del alimento sospechoso es reciente se aconseja provocar los vómitos o realizar un lavado gástrico.

En el botulismo de herida se deben administrar antimicrobianos.

En el botulismo del lactante no se deben administrar antimicrobianos porque incrementan las concentraciones de toxina intestinal al destruir las formas vegetativas.

Profilaxis

Evitar la contaminación de los alimentos. Utilizar sistemas de conservación que destruyan las esporas.

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